Sección: Museo. Bóveda Central

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Paso del Santísimo Cristo de la Salud

Autor: José Gil. Jaime Mata. Francisco Ruiz Rodríguez “Currito el dorador”.

Año: 1925

PASO DEL SANTISIMO CRISTO DE LA SALUD

Autor de la talla: José Gil en 1925 con intervención en la parte decorativa de Jaime Mata.
Autor del dorado: Francisco Ruiz Rodríguez “Currito el dorador” en 1925.
Restauraciones:
Luis Sánchez Jiménez dora nuevamente el paso en 1971.
Manuel Calvo Carmona restaura y recupera las trazas originales del paso en 1994, ayudado por su padre el famoso dorador Manuel Calvo Camacho, que ya trabajara como aprendiz en el primitivo dorado efectuado en el taller de Francisco Ruiz Rodríguez en 1925.
Manuel Calvo Carmona realiza el dorado de los candelabros en 2004.
El paso del Cristo de la Salud es una de las piezas más singulares de la Semana Santa, siendo uno de los tres únicos pasos anteriores a la Guerra Civil que aún procesionan.
Es un paso de traza y talla de buen gusto barroco y proporciones justas. En lo que a talla se refiere el autor aplica en todo el conjunto el habitual lenguaje barroco de hojas de acanto, motivos frutales policromados al huevo y otros motivos inspirados en la naturaleza, incluyendo escudos corporativos y cartelas pintadas en las esquinas con motivos pasionistas, llamando poderosamente la atención la línea de los respiraderos con maniguetas a juego y los estilizados candelabros de guardabrisas de lenguaje plástico similar.
En las esquinas de su canasto (figura 5) aparecen cuatro cartelas pintadas y policromadas con escenas de la pasión de nuestro Señor Jesucristo, representando el Ecce Homo, la Calle de la Amargura, el Encuentro con la Virgen y Jesús Caído cargando con la Cruz siendo el autor de todas ellas Rafael Blas Rodríguez en 1925.
En los paños centrales de la delantera y trasera figuran dos relieves tallados y estofados representando el escudo actual de la corporación en la parte delantera y el antiguo escudo anterior a la fusión con la Hermandad Sacramental en su trasera (figura 4).
En los laterales aparecen dos cartelas situadas en los medallones centrales de cada uno de los lados de la canastilla que representan escenas del camino del Calvario: el encuentro con la mujer verónica y el despojo de Cristo. Realizadas en madera de caoba, doradas y estofadas en oro fino y policromadas al óleo por Fernando Aguado Hernández en 2006 sustituyeron a otras de muy escaso valor que no iban en consonancia con la calidad del conjunto, siendo este el único añadido al paso desde su construcción y siempre siguiendo el diseño original.
Pero, sin duda, el elemento más llamativo del paso son los seis airosos candelabros que lo iluminan. Están dorados y rematados con guardabrisas de seis luces los de las esquinas y de tres los laterales. Los guardabrisas alcanzan el número de treinta luces y todos llevan estampados el escudo de la Hermandad. Cada guardabrisa se decora con unas coronitas en plata de ley sobredorada, obra de los talleres de orfebrería de Ramón León Peñuelas en el año 2007.
Son los candelabros más altos de cuantos procesionan en Semana Santa y en ellos se conjugan dos circunstancias importantes. De un lado y, a pesar de su altura, los candelabros no sufren roturas en su base, a pesar de su movimiento, ni rasgan la madera que recubre su espiga interior. Todo ello debido a las especiales técnicas de construcción de los maestros de la Fábrica de Artillería donde se realizaron. Técnicas que, a día de hoy, siguen siendo objeto de estudio.
De otro lado y desde el punto de vista del diseño del conjunto, a pesar de su altura no abigarran el paso y permiten la visión desde todos los puntos de la imagen del Santísimo Cristo de la Salud.
Otro elemento significativo del paso es su llamador (figura 7). Realizado en bronce fundido por los talleres de Cruz y Frías (Antonio Cruz y Manuel Frías Espinosa) en 1970. Representa uno de los símbolos de la Hermandad y del Barrio de San Bernardo como es el puente de San Bernardo, lugar emblemático del paso de la Cofradía cada Miércoles Santo.
Los faldones están realizados en terciopelo granate y bordados con broches en oro (figura 8), restaurados por última vez en los talleres de Jesús Rosado Borja en 2016.

Sección: Museo. Bóveda Central

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Paso del Santísimo Cristo de la Salud

Autor: José Gil. Jaime Mata. Francisco Ruiz Rodríguez “Currito el dorador”.

Año: 1925

PASO DEL SANTISIMO CRISTO DE LA SALUD

Autor de la talla: José Gil en 1925 con intervención en la parte decorativa de Jaime Mata.
Autor del dorado: Francisco Ruiz Rodríguez “Currito el dorador” en 1925.
Restauraciones:
Luis Sánchez Jiménez dora nuevamente el paso en 1971.
Manuel Calvo Carmona restaura y recupera las trazas originales del paso en 1994, ayudado por su padre el famoso dorador Manuel Calvo Camacho, que ya trabajara como aprendiz en el primitivo dorado efectuado en el taller de Francisco Ruiz Rodríguez en 1925.
Manuel Calvo Carmona realiza el dorado de los candelabros en 2004.
El paso del Cristo de la Salud es una de las piezas más singulares de la Semana Santa, siendo uno de los tres únicos pasos anteriores a la Guerra Civil que aún procesionan.
Es un paso de traza y talla de buen gusto barroco y proporciones justas. En lo que a talla se refiere el autor aplica en todo el conjunto el habitual lenguaje barroco de hojas de acanto, motivos frutales policromados al huevo y otros motivos inspirados en la naturaleza, incluyendo escudos corporativos y cartelas pintadas en las esquinas con motivos pasionistas, llamando poderosamente la atención la línea de los respiraderos con maniguetas a juego y los estilizados candelabros de guardabrisas de lenguaje plástico similar.
En las esquinas de su canasto (figura 5) aparecen cuatro cartelas pintadas y policromadas con escenas de la pasión de nuestro Señor Jesucristo, representando el Ecce Homo, la Calle de la Amargura, el Encuentro con la Virgen y Jesús Caído cargando con la Cruz siendo el autor de todas ellas Rafael Blas Rodríguez en 1925.
En los paños centrales de la delantera y trasera figuran dos relieves tallados y estofados representando el escudo actual de la corporación en la parte delantera y el antiguo escudo anterior a la fusión con la Hermandad Sacramental en su trasera (figura 4).
En los laterales aparecen dos cartelas situadas en los medallones centrales de cada uno de los lados de la canastilla que representan escenas del camino del Calvario: el encuentro con la mujer verónica y el despojo de Cristo. Realizadas en madera de caoba, doradas y estofadas en oro fino y policromadas al óleo por Fernando Aguado Hernández en 2006 sustituyeron a otras de muy escaso valor que no iban en consonancia con la calidad del conjunto, siendo este el único añadido al paso desde su construcción y siempre siguiendo el diseño original.
Pero, sin duda, el elemento más llamativo del paso son los seis airosos candelabros que lo iluminan. Están dorados y rematados con guardabrisas de seis luces los de las esquinas y de tres los laterales. Los guardabrisas alcanzan el número de treinta luces y todos llevan estampados el escudo de la Hermandad. Cada guardabrisa se decora con unas coronitas en plata de ley sobredorada, obra de los talleres de orfebrería de Ramón León Peñuelas en el año 2007.
Son los candelabros más altos de cuantos procesionan en Semana Santa y en ellos se conjugan dos circunstancias importantes. De un lado y, a pesar de su altura, los candelabros no sufren roturas en su base, a pesar de su movimiento, ni rasgan la madera que recubre su espiga interior. Todo ello debido a las especiales técnicas de construcción de los maestros de la Fábrica de Artillería donde se realizaron. Técnicas que, a día de hoy, siguen siendo objeto de estudio.
De otro lado y desde el punto de vista del diseño del conjunto, a pesar de su altura no abigarran el paso y permiten la visión desde todos los puntos de la imagen del Santísimo Cristo de la Salud.
Otro elemento significativo del paso es su llamador (figura 7). Realizado en bronce fundido por los talleres de Cruz y Frías (Antonio Cruz y Manuel Frías Espinosa) en 1970. Representa uno de los símbolos de la Hermandad y del Barrio de San Bernardo como es el puente de San Bernardo, lugar emblemático del paso de la Cofradía cada Miércoles Santo.
Los faldones están realizados en terciopelo granate y bordados con broches en oro (figura 8), restaurados por última vez en los talleres de Jesús Rosado Borja en 2016.