Cuadro de la Sagrada Cena
Pintura al óleo realizada por Francisco Valera (1580-1645), fechada en 1622, siguiendo los cánones correspondientes al manierismo sevillano. Presenta el momento en que el Divino Maestro consagra el pan.
La composición resulta aglomerada, con un espacio agobiante, estrecho, muy elevado para poder presentar la mesa redonda alrededor de la cual se agolpan los apóstoles, distribuidos en dos grupos de seis.
Todas las figuras están exaltadas, con movimientos agitados, gestos incisivos y rostros nerviosos. Los colores vibran llamando la atención y entre toda la crispación tan sólo la faz de Cristo aparece serena.
En la obra se muestra también un especial interés por lo cotidiano, reflejado en los objetos de la mesa, propios de este estilo pictórico.
Se trata de una de las pinturas más interesante de la pintura sevillana del primer tercio del siglo XVII, inspirada en la obra del mismo nombre de Livio Agresti da Forli, tomando de esta, a través del grabado rítmico, esa agrupación de los personajes entorno a la mesa circular.
Figuró en el altar mayor de la Capilla Sacramental de la Hermandad, hasta la demolición y construcción del nuevo templo, donde pasó a ocupar un lugar en alguna dependencia parroquial. En 1810 las tropas francesas lo trasladan al Alcázar, donde se reseñó con el número 151, como obra de dicho autor.
Devuelto a la parroquia, estuvo colocado durante cierto tiempo en la sacristía y en la actualidad se encuentra en las dependencias de la Hermandad. Esta obra fue expuesta en la exposición sobre Velázquez que tuvo lugar en el Museo del Prado de Madrid en el año 1990, siendo restaurado con anterioridad por el Ministerio de Cultura.
Cuadro de la Sagrada Cena
Pintura al óleo realizada por Francisco Valera (1580-1645), fechada en 1622, siguiendo los cánones correspondientes al manierismo sevillano. Presenta el momento en que el Divino Maestro consagra el pan.
La composición resulta aglomerada, con un espacio agobiante, estrecho, muy elevado para poder presentar la mesa redonda alrededor de la cual se agolpan los apóstoles, distribuidos en dos grupos de seis.
Todas las figuras están exaltadas, con movimientos agitados, gestos incisivos y rostros nerviosos. Los colores vibran llamando la atención y entre toda la crispación tan sólo la faz de Cristo aparece serena.
En la obra se muestra también un especial interés por lo cotidiano, reflejado en los objetos de la mesa, propios de este estilo pictórico.
Se trata de una de las pinturas más interesante de la pintura sevillana del primer tercio del siglo XVII, inspirada en la obra del mismo nombre de Livio Agresti da Forli, tomando de esta, a través del grabado rítmico, esa agrupación de los personajes entorno a la mesa circular.
Figuró en el altar mayor de la Capilla Sacramental de la Hermandad, hasta la demolición y construcción del nuevo templo, donde pasó a ocupar un lugar en alguna dependencia parroquial. En 1810 las tropas francesas lo trasladan al Alcázar, donde se reseñó con el número 151, como obra de dicho autor.
Devuelto a la parroquia, estuvo colocado durante cierto tiempo en la sacristía y en la actualidad se encuentra en las dependencias de la Hermandad. Esta obra fue expuesta en la exposición sobre Velázquez que tuvo lugar en el Museo del Prado de Madrid en el año 1990, siendo restaurado con anterioridad por el Ministerio de Cultura.